¿Por qué aquel miedo recurrente
infinito / nocturno
cuando volvía niño bordeando los árboles
nada frondosos / pusilánimes
entre un acorde de ladridos?
¿por qué las luces de la casa
quedaban tan remotas
y sentía en la nuca
aquel aliento inmundo
de Eso que me pisaba los talones?
¿por qué aquel pánico que me impedía
junto al mutismo de los álamos
vencer el sortilegio
y verle el rostro a la verdad
que los perros husmeaban?
ahora que los miedos son distintos
y la noche no asusta
y me sé frágil y eso me hace fuerte
sé yo / recuerdo / para darme vuelta
y enfrentarme al fantasma de la nada
Mario Benedetti
martes, 19 de mayo de 2009
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